La ciruela (prunus domestica) es originaria del Cáucaso y desde ahí se introdujo en Italia y posteriormente en el resto de Europa. Es una fruta muy recomendable para las personas que padecen estreñimiento.
El albaricoque (prunus armeniaca) destaca por su abundancia en agua, fibra, potasio, hierro y su alto contenido betacaroteno que los hacen ideales para mantener una piel sana durante el verano. El consumo de cuatro o cinco albaricoques por la mañana ayuda a drenar los líquidos y los tóxicos retenidos.
El plátano (Musa paradisiaca) ayuda a regular el estado de ánimo, es nutritivo y energético y una excelente fuente de potasio. Es una fruta rica en agua, hidratos de carbono y potasio. También contiene fibra, magnesio, fósforo, vitamina C, calcio y otras sales minerales.
La manzana se la considera la reina de las frutas por sus propiedades culinarias y medicinales. Aunque su composición nutricional no es excesivamente relevante, contiene numerosos compuestos no nutritivos con propiedades saludables.
El consumo de la pera (pirus comunis) está recomendado en caso de obesidad o sobrepeso por su efecto diurético y depurativo, para tratar los problemas de próstata, el aumento de la tensión arterial, retención de líquidos y en los problemas digestivos por su fácil y rápida digestión.