La cáscara sagrada (Rhamnus purshiana) es uno de los laxantes vegetales más usados y conocidos. Ya los nativos de las costas americanas del pacífico lo utilizaban antes de la llegada de los conquistadores españoles a esas tierras.
El aceite de ricino (ricinus comunis) se extrae del Ricinus Communis también conocida como Higuera del diablo o Palma de cristo. Su denominación en ingles, castor oil, hace que en ocasiones se traduzca mal por aceite de castor. Desde antiguo se ha usado como purgante.
El higo (Picus carica) originario de Asia Menor, Persia y Siria ya era consumido por los egipcios entre el 4000 y el 5000 a.c. debido a sus muchas propiedades. Ricos en lignanos, los higos resultan muy eficaces contra los trastornos del intestino o el estreñimiento crónico. También posee gran cantidad de mucílagos, pectinas y albúmina (una proteína).
El sulfato de magnesio conocido popularmente como Sales de Epsom debido a la población inglesa donde se descubrió, se ha usado tradicionalmente para suplir la carencia de este mineral en nuestro organismo y como laxante suave.
También se usa para realizar limpiezas de hígado para la expulsión de pequeñas piedras.
Como uso externo se usa en forma de sal de baño para aliviar dolores y contracturas musculares así como calambres y para el tratamiento de la uña encarnada.
La achicoria (Cichorium intybus L) es una planta robusta que puede llegar a alcanzar un metro de altura. Tiene abundante ácido chicorésico que le proporciona propiedades depurativas: diurética, colerética, y ligeramente laxante.