Así las Flores de Bach, trabajan específicamente sobre el estado emocional, transformando actitudes negativas en positivas, estimulando nuestro propio potencial de autocuración y evitando así, que determinados pensamientos o actitudes negativas, acaben traduciéndose en un síntoma físico, y por tanto en enfermedad.
Son útiles en los trastornos emocionales tanto en adultos (insomnio, depresión, etc...), como en niños (problemas de personalidad, mala adaptación escolar, etc...).
Nos ayudan a llegar a un estado de mayor equilibrio emocional y sensación de bienestar, en un camino de crecimiento y autoconocimiento.