(Fuente: Fundación Española del Corazón) Diversos estudios apuntan que el consumo de frutos secos, dentro de una dieta equilibrada, aporta beneficios para la salud.
Una investigación llevada a cabo en Estados Unidos asocia su ingesta con una disminución de la prevalencia de factores de riesgo de enfermedad cardiovascular, diabetes tipo 2 y síndrome metabólico.
(Fuente: Fundación Española del Corazón) Sus propiedades nutricionales son amplísimas. Además, poseen un alto contenido en ácidos grasos Omega 3 que les confieren un efecto cardioprotector.
Son ricas en ácido alfa-linolénico, un tipo de ácido graso omega-3, que puede ayudar a que la sangre circule sin problemas. Un estudio encontró que comer nueces regularmente durante 8 semanas mejoró la salud de los vasos sanguíneos, ayudó a que esos vasos se mantuvieran elásticos y redujo la presión arterial.
Sin embargo, tampoco se recomienda consumirlas en exceso porque tienen bastantes calorías. Conoce más sobre las nueces, un alimento clave de la dieta mediterránea.
Experimentos realizados por la universidad de Yale demuestran que los frutos oleaginosos tienen una considerable cantidad de aminoácidos, y que sus grasas tienen un alto valor biológico. No solamente ayudan a mantener la vida y el crecimiento, sino que administrados a madres lactantes y mujeres embarazadas mejoran la calidad de su leche.
Los frutos secos son un elemento imprescindible en nuestra dieta diaria ya que nos aportan nutrientes beneficiosos para nuestra salud. Están recomendados para el cuidado de la salud cardiovascular al ser ricos en ácidos grasos insaturados y poliinsaturados como el omega 3.
Las nueces de macadamia son originarias de Australia y tienen un sabor muy agradable. Comparando con otros tipos de nueces, aportan a la dieta los niveles de grasas monoinsaturadas más altos y más bajos en ácidos grasos omega 6.