La realidad es que se trata de productos parecidos aunque no iguales, con características propias y de tradición centenaria en Japón y otros países de Extremo Oriente.
El tamari se distingue por la riqueza en aminoácidos (un total de dieciocho, muchos de ellos considerados esenciales para el hombre), su relativamente bajo contenido en sal y su facilidad en realzar el sabor de los alimentos, aún cocinándolos con esta salsa, ya que se evapora difícilmente con elevadas temperaturas y sus propios antioxidantes naturales impiden que los aceites se quemen durante la cocción.
La salsa tamari
Es la salsa de soja fermentada con sal y agua. Producto más reciente, con su denominación propia en Japón.
El tamari, con un aroma más acusado que la salsa de soja, pero exquisito, se emplea preferentemente para cocinar pescados, carnes, etc. y, en menor medida, como condimento.
El tamari se distingue por la riqueza en aminoácidos (un total de dieciocho, muchos de ellos considerados esenciales para el hombre), su relativamente bajo contenido en sal y su facilidad en realzar el sabor de los alimentos, aún cocinándolos con esta salsa, ya que se evapora difícilmente con elevadas temperaturas y sus propios antioxidantes naturales impiden que los aceites se quemen durante la cocción.
Al estar las enzimas y los aminoácidos estrechamente ligados por un proceso biológico, ayuda al sistema digestivo a absorber otros tipos de proteínas procedentes de otros alimentos. Además, contiene ácido acético, que es inhibidor de contaminación y ayuda a superar las fatigas del cuerpo.
Muy recomendada como sustituto de la sal en diestas de adelgazamiento.
La salsa de soja natural se obtiene mediante un proceso de fermentación de 18 a 24 meses de duración. El tiempo y proceso de elaboración de la salsa tamari es mucho más costoso que el de la soja común o tamari shoyu, por lo que hay una diferencia importante en su precio.
La salsa de soja común o Tamari Shoyu
Es la salsa de soja común que más se conoce y usa en Europa. Se obtiene por fermentación de soja y trigo, junto con agua y sal.
Conviene puntualizar que el tamari-shoyu tiene una equilibrada gama de aminoácidos y proteínas gracias al trigo (o cebada) y la soja que lo componen, dando lugar a un producto de grandes cualidades terapéuticas. Es recomendable su uso diario, en pequeñas cantidades, como condimento de verduras, cereales, pescados, carnes, etc.
Si abogamos por una alimentación sana con el consumo de productos lo más naturales posible, tanto en su origen, como en los procesos de elaboración, al hablar del Tamari o del Shoyu es inevitable prevenir contra los productos que se comercializan con el mismo nombre, pero que son elaborados de forma poco natural.
La salsa de soja natural se obtiene mediante un proceso de fermentación de 18 a 24 meses de duración, partiendo de granos de soja enteros y de trigo integral, a los que se añade agua y sal.
Es un proceso sumamente delicado y que requiere gran destreza. De ahí las grandes cualidades del Shoyu: contiene los doce aminoácidos esenciales (que se complementan con los del arroz) y que, gracias al proceso de fermentación, son muy parecidos a la sangre humana.
En general, la salsa de soja activa la secreción de jugos gástricos y destruye microorganismos dañinos que pueden encontrarse en los alimentos.
Conviene llamar la atención contra el exceso de consumo de tamari-shoyu, por ser un producto muy concentrado. Insistimos en que pequeñas cantidades son suficientes.
No todas las salsas de soja son iguales...
El Shoyu no natural, en cambio, además de partir de granos de soja troceados o de harina de soja que alteran la calidad intrínseca de la misma, presenta un elevado contenido de ácidos oxálico, fórmico y levulínico. Estos ácidos hacen precipitar los minerales en la sangre y en los órganos internos, originando acidez y dilatación de estómago e hígado, lo cual inhibe el proceso digestivo y acidifica la sangre.
Modo de empleo
El Tamari-Shoyu se utiliza corrientemente como condimento de muy diferentes alimentos en el momento de servirse. Pero también se utiliza en la cocción de carnes, pescados o verduras, o en la preparación de sopas vegetales o de pastas.
Como condimento, basta una pequeña cantidad (el equivalente a una cucharadita de café por persona) para realzar el sabor del plato.
Para cocción de carnes o pescados se puede utilizar en sustitución del aceite, aunque empleando mayor cantidad que éste.
Igualmente, sustituyendo a la sal, aliñando verduras o ensaladas o incluso en platos cocinados.
También se preparan excelentes pickles o encurtidos empleando tamari-shoyu en vez de sal. Aliñando un poco de daikon (nabo japonés) o nabo rallado crudo, se consigue un preparado muy efectivo para superar digestiones pesadas o para eliminar mucosidades de todo el cuerpo.
Añadiendo unas gotas de tamari-shoyu a una taza de té kukicha, se superan estados de fatiga, porque alcaliniza la sangre. Añadiéndolo al té kukicha que haya hervido junto con una ciruela umeboshi colabora eficazmente en los procesos digestivos y hepáticos.
Una pocas gotas de Tamari agregadas a la cocción de carnes y pescados confieren a éstos un sabor inigualable.
En verduras salteadas, agregar unas gotas de Tamari para hacerlas más gustosas. En platos cocinados al vapor, el sabor de éstos se realza con una pequeña cantidad de Tamari.
Foto de Mimasa