En uso externo, la decocción o la maceración de sus raíces y tallos eran utilizados para aliviar dolores articulares, para curar o desinfectar heridas o incluso como champú para combatir la caspa y la caída del cabello.
Su alto contenido en saponinas del grupo de esteroides neutros hace de la yuca filamentosa un buen remedio como antiinflamatorio, expectorante, hemolítico y como estimulante del sistema inmunológico.
Estas saponinas, además de ser capaces de neutralizar la absorción de toxinas en el intestino, ejercen una función depurativa al liberar las vellosidades del intestino de todas las particular nocivas que pudiera contener, puede ser usada como recurso para mejorar o prevenir enfermedades degenerativas o metabólicas como pueda ser la artritis reumatoide, la gota o la fibromialgia.
Así mismo, la acción de las saponinas ejerce una función astringente lo que resulta muy adecuado para el tratamiento de enfermedades intestinales como pueda ser la colitis.
Esta capacidad depurativa de la yuca filamentosa está siendo estudiada en diferentes universidades de Estados Unidos para ver si sería beneficioso en la mejora de determinados efectos secundarios que terapias agresivas como la quimioterapia o la radioterapia en personas que padecen cáncer, e incluso se está investigando la posibilidad de que ayude a reducir el dolor en las patologías cancerosas y tumorales.
No confundir con la yuca "manihot utilísima" o mandioca dulce y la "manihot esculenta" de la cual obtenemos la tapioca.
Foto de Herbolario Allium