(Fuente: Fundación Española del Corazón) Se acercan las fechas navideñas, y con ellas un gran número de celebraciones que conllevan un sinfín de comidas familiares y reuniones con los amigos en las que nunca faltan los típicos dulces navideños.
El almendro (prunus dulcis) se introdujo en Europa procedente de Oriente Próximo en el siglo IV A.C. Desde entonces ha sido muy apreciado por su fruto, las almendras que son ricas en aceites (linoléico y omega 3), proteínas, vitamina E y minerales: calcio, hierro, magnesio y potasio.
El aceite de almendras (prunus dulcis) es un aceite rico en ácidos grasos insaturados y vitamina E. Tiene propiedades emolientes suavizante e hidratante. Equilibra, fortalece y calma todo tipo de piel, incluyendo las más sensibles, las pieles secas y escamadas.
La vitamina B1 o tiamina fue descubierta en 1912 y en 1926 fue identificada por primera vez en su forma activa en un laboratorio por el químico Casimir Funk y al ser la primera vitamina hidrosoluble descubierta se la bautizó como vitamina B1.