Algunas variedades de uva, como la moscatel, son además diuréticas y laxantes por cuanto ayudan a activar el transito intestinal aliviando el estreñimiento.
En tratamientos fitoterapeúticos se ha empleado la infusión de las hojas de vid o su extracto para tratar diarreas, hemorragias uterinas y en especial la uva roja para tratar problemas circulatorios como las varices, la flebitis o las hemorroides ya que poseen una función altamente venotónica y astringente.
El extracto de semillas de uva, rico en antioxidantes, se recomienda sobre todo para la desaceleración del envejecimiento celular así como para prevenir enfermedades cardiovasculares, minimizar los daños de la fibromialgia ya que los flavonoides que contiene la uva ayudan a proteger las células musculares.
Un estudio encontró que los antioxidantes en las uvas estimulan a los vasos sanguíneos a relajarse y trabajar de manera más eficiente.
También ayuda a prevenir el cáncer, controlar enfermedades dermatológicas como la psoriasis, frenar la degeneración macular (alteración de la parte central de la retina responsable de la vista central) o las cataratas.
Estudios realizados por la Universidad de Denver-Colorado (USA) han demostrado que la ingesta de extracto de semillas de uva es capaz de frenar el avance de distintos tipos de tumores como el colonrectal o el de mama.
Foto de Herbolario Allium