También contiene grandes cantidades de vitamina C y D. Pero su mayor concentración es en ácido grasos insaturados como el ácido linoleico (omega 6) que puede llegar a tener hasta un 76% y el ácido linolenico (omega 3).
Su apariencia es la de un aceite de color pálido y delicado. Es un aceite que podemos usar tranquilamente en la cocina ya que al calentarse no produce sustancias toxicas como ocurre con otros aceite y posee un toque afrutado que lo convierte en un aceite ideal para ser empleado en frío para aderezar ensaladas o en la maceración de carnes y la preparación de vinagretas.
Debido a su contenido en ácidos grasos esenciales supone una gran ayuda para controlar el colesterol ya que aumenta el colesterol bueno y reduce el malo. También regula los triglicéridos y ayuda a prevenir la hipertensión, la diabetes y la obesidad.
Por su riqueza en omega 6 resulta excelente para personas con problemas circulatorios, previene infartos y ayuda a combatir problemas oculares como la tensión ocular.
También tiene propiedades antiinflamatorias lo que supone una gran ayuda en personas con enfermedades reumáticas.
Dado su alto contenido en ácido linoleico, el mayor de todos los aceites vegetales, su empleo en cosmético cada vez está más extendido ya que aporta suavidad y tersura a la piel. Debido a que también posee propiedades regeneradoras es muy útil a la hora de tratar quemaduras solares.
Es adecuado para todo tipo de pieles incluidas las pieles acneícas ya que absorbe rápidamente y no deja sensación aceitosa en la piel.